Hace una semana, estaba escuchando en un programa de radio canadiense una entrevista que le estaban realizando a una mujer que había sido amante de un hombre casado en Hollywood. Ella contaba las experiencias que había tenido como amante y estaba abriendo un taller para todas las mujeres que “padecieran de esta condición”, lo digo dentro de comillas porque fueron las palabras que ella utilizó, y fue lo que más me llamó la atención de toda la entrevista que le realizaron. Ser amante para ella ha sido un asunto que ha permanecido en su vida por mucho tiempo, después de caer en cuenta en esto, ella ha catalogado ser amante como una condición porque sabe que lo que se está haciendo está mal y por eso decidió realizar un taller para ayudar a las víctimas de esta “enfermedad”. Luego de esta entrevista quedaron varios interrogantes en mí, como: si era realidad que ser “la amante” pudiera ser una enfermedad.
No se puede descartar que ser la otra persona en una relación de casados puede ser una enfermedad psicológica, ya que una persona que esté desarrollando este papel en la vida de una pareja sufre de baja autoestima por no creer ser capaz de conseguir a un hombre libre. Hemos escuchado historias por mucho tiempo de mujeres que han dedicado sus vidas a ese papel, donde ya sea que estén llenando un vacío emocional o económico, buscan estar por mucho tiempo con una persona casada que les dice brindar lo que ellas necesitan, pero en realidad no está brindando espiritualmente algo positivo a ella. Una de las mentiras más comunes que se dicen en estos casos es que va a dejar a su esposa, que le dé tiempo para ver cómo resultan las cosas entre los dos. Lo que no se dan cuentan es que los hombres, ya sean infieles o no, en realidad siempre están buscando en una mujer con las cualidades de su madre/enfermera, una mujer que los cuide, que esté pendiente de ellos y que además sea la madre de sus hijos. Ellos están configurados para querer eso, pero también, por otro lado, quieren a la mujer que está buena, que satisfaga todos sus deseos carnales. Es posible que una sola mujer no tenga todas las cualidades que ellos están buscando y por eso es que se van a donde la otra.
Decía la entrevistada que muchas mujeres que ella había ayudado no estaban sacando nada de la relación, ni dinero, ni amor ni nada, solo estaban allí por pensar que no podían conseguir a una persona más o que simplemente el karma iba a cobrar la deuda que tenía y que le hicieran lo mismo que ella hizo. Todas las mujeres somos hermosas, todas tenemos a alguien que está destinado a querernos, no nos dejemos encantar por palabras que se las puede llevar el tiempo, estar con una persona a medias no es amor, es aceptar algo que en el largo plazo te hará mucho daño. Te pueden decir una y otra vez que la dejará, pero no aceptes sobras, tú te mereces el plato principal, con postre.
Mujeres, si un hombre te dice que va a dejar a su esposa por ti, no le creas, la mayoría de los hombres nunca las dejan, y siempre seguirás siendo “la otra”.Recuerda que todas merecemos lo mejor para nosotras y no las sobras que dejan. Además de eso, no se imaginan lo antihigiénico que puede ser el besar a un hombre que está con su esposa y luego contigo, es como si la estuvieses besando a ella.
A todas las esposas les digo que la carne es débil. Luego de que todas tenemos bebés destinamos la mayoría de nuestro tiempo a cuidar a nuestros hijos y no a cuidarnos a nosotras mismas, pero no se dan cuenta qué feo es que sus maridos lleguen de trabajar y encontrarlas como las dejaron; en pijama, con la lagaña de la mañana, el rulo y la casa regada. Nosotras somos lo más lindo que hay sobre la tierra y, como todo, debe ser cuidado. ¡Arréglense para sus esposos! Que se hayan casado no significa que la etapa de la conquista se acabara, mantener una relación es lo más importante de ella, la monotonía es enemiga de toda relación.
Espero que todas lean esto y piensen que el fin no justifica los medios.
Carpe Diem
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